La mujer se miró en el espejo de los deseos, del lado del reflejo era una mujer hermosa; las lonjas se habían soldado a las carnes, el vientre pequeñamente pronunciado ahora era plano y ejercitado, la celulitis en la piel se esfumó y en su lugar se visualizaba un hermoso bronceado sin caminos... sí, sin caminos, no habían estrías a la vista.
Ella fascinada, se atrevió a soñar; en el espejismo el tiempo se encontraba disperso, a esas alturas de la vida los abrasivos recuerdos que le hicieron morder tristezas y sacarle toda la humedad posible pasaron a un plano de emociones desiguales. Vaya, era hermoso su reflejo, era una “vida” su sueño, aquellos complejos atascados en su cintura flácida volaban como globos al cielo, no tenía remedio, no podía enterrar lo que no había muerto en realidad. Entonces, se atrevió a desnudarse, a tener sexo con quien deseó, a lucir piernas en altos zapatos y a besar como si el pudor anduviese de viaje.
A la sazón, comenzó a maquillarse con instintos felinos, a mover caderas al ritmo de pasos, a sonreír como si en su boca se encontrase el cinturón que Afrodita lució gracias a Hefesto, y la analogía no escapaba de la realidad, solo que en este caso la realidad entregó su encanto a el sueño.
Transcurrieron tres soles del lado fuera de la habitación de los espejos y ella continuaba la vida que la injusticia le arrancó. Había tenido relaciones frenéticas, consiguió ser feliz en la adolescencia, tiró por la ventana sus sabidurías y olvidó dejar su esencia en el vidrio empañado con alguna figura. - ¡Qué vida más intensa! - de seguro pensó eso, mientras su realidad se atrofiaba del otro lado. La vanidad nunca ha sido ideal para la nutrición, y menos en exceso, posiblemente la pica sería su caso.
Sus anhelos adormecieron sus nociones reales, hasta que el estómago rugió ferozmente como para que el sueño empezase a quebrarse por sus partes más básicas, ahora quienes babeaban por ella, o bueno, la mujer del espejo comenzaron a manosear otras piernas. Ella con mil sabores en la boca comenzó a sentir aquello que en realidad sintió gran parte de su vida, pero no había nadie de los que en su historia se encadenaron para calmarle las rápidas pulsaciones cardiacas y el agua que comenzaba a incrementarse por dentro.
Otro rugido salió desde sus adentros, aquel mundo tembló a fuertes magnitudes, ella cayó al suelo, la falda blanca de estampados rosas estaba sucia más un tacón roto por haberse atorado. Volvió a la casa que siempre había soñado, entró a su recamara y la mujer del espejo se miró en otro espejo, y lloró. Se sentó en la cama dando la espalda a su reflejo que tanto había angustiado. Esta vez el reflejo había mostrado unos senos caídos, patas de gallos creciendo alrededor de sus ojos y una raíz canosa en su cabello teñido a punta de ambiciones.
Se volvió a mirar al espejo, esta vez era obesa, con pecas en las manos y moretones debajo de sus ojos (seguramente eran ojeras). El espejo al otro lado del espejo era el de los reflejos interiores y el de los miedos. Allí el tiempo discurría a velocidad de angustia. Ella inmutada arrojó una silla al espejo y éste se rompió, pero sus pedazos flotaron y se unieron, mostrando nuevamente un reflejo de ella totalmente esquelética y largando el cabello. La mujer grito a coro con la mujer que originaba ese reflejo. El rímel corría sobre sus mejillas haciendo carreteras de fealdad sobre la “belleza”. El espejo dentro del espejo mostraba la peor forma de su realidad, y daba punto de partida a revelaciones que solo ella reflexionando entendería.
Se escucharon esta vez fuertes golpes que creaban ondas sobre el sueño vuelto pesadilla, cuando otro rugido provocó una fisura mayor, la casa de sus sueños comenzó a incendiarse, la piscina de sus vanidades estaba cubierta por una pestilente lemna. Quiso leer las instrucciones para regresar a su realidad y no supo cómo leer el manual. Entonces miró de nuevo al espejo, que extrañamente la mostró tal cual, pero de aquel lado de aquel lado el reflejo gritó: “La belleza no sabe leer porque ella es leída”. Cuando otro rugido termino partiendo en pedazos aquella ilusión.
Al reaccionar la mujer que había dibujado sus sueños se dio cuenta de que el espejo de los deseos se encontraba roto, y que a ella le sonaban las tripas. Intentó ponerse de pie y el temblor de la debilidad le puso dificultad al acto. Con el corazón acelerado se dio cuenta de que a pesar de haber sido lo que siempre soñó hubo algo de por medio que siempre la conectaría a sus demás espectros y a su realidad... era el hambre. No obstante, tomo un pedazo del espejo quebrado y miró el reflejo de su boca por un rato observando aun las secuelas de un lápiz labial entre las líneas de los labios, el reflejo se paralizó y aquella boca idéntica a la original sonrió y le dijo: “La belleza es descarada y la fealdad tiene mala fama”. La mujer de puro instinto reventó el pedazo de espejo contra el piso y con fuerzas salidas de no sé dónde, salió corriendo a toda velocidad, con el sol encandilándola y el susto derramándose en sus pantalones.
Autor: Carlos Arturo
9 comentarios:
Hola Caco.
Como siempre, tus relatos son fascinantes.
Esa es la realidad pura y dura para muchas personas que se dejan embaucar por tantos espejos que hay en sus vidas. No saben afrontar los inconvenientes que puedan acaecer.
Las estrías de la piel,las ojeras, la flacidez que tantan veces arremeten en contra de nuestra dignidad de personas, hacen que decaigamos como esa pobre mujer que nos narras, que sólo tenía la ilusión puesta en aquel espejo, sin ver su propia relaidad.
Un fuerte abrazo querido amigo.
Mi querido amigo, magnífico relato. Lleno de metáforas y pleno de intenciones... me encantó, Carlos.
A veces -nosotras- soñamos con un espejo así ;)
abrazos
Genial, no lo puedo describir de otra forma, siempre me pasa con tus escritos que puedo ver cada imagen que relatas y eso me gusta mucho.
Un abrazo
Los espejos a veces pueden ser peligrosos, incluso cuando el reflejo sea agradable, no nos dice nada del adentro, que es siempre lo que importa.. en cualquier caso.
Me quedo con la frase "la vanidad nunca ha sido ideal para la nutrición". Hoy es tanta la gente con trastornos nutricionales, ya sea a causa de factores físicos o emocionales... es una frase acertada.
Excelente (como siempre ;)) esta historia, y excelente temática que da para hablar y hablar...
Un beso grande!
Tu relato es una gran metáfora de que todo aquel que se pierde en la apariencia de las cosas termina perdiéndose a sí mismo.
Me encantó.
Abrazos.
Siempre me llevo un dulce sabor de boca de tu casa...
Abrazos!!!
Me ha gusto mucho el relato, una buena forma de exponer los deseos, que tal vez no siempre se manejan positivamente.
Un abrazo
* Armando, amigo, y como se ha dicho tantas veces: "vivió de ilusiones y murió por desencantos". Gracias por pasarte, leer y dejarnos tus buenos consejos. Abrazos inmensos.
* Marluz, muchas gracias, la historia detrás de este cuento terminó siendo más lamentable. Siempre es un placer leerte por aquí, amiga. Besotes.
* Gaspar, ¡uy, muchas gracias! he tenido buenos educadores por estos lados, amigo. Incluyéndote a vos. Recibido el abrazo, y enviado uno nuevo.
* Maya, muchas gracias, guapa... definitivamente, los equilibrios están de descalabro en descalabro. Tu paso es muy grato. Besotes para vos.
* Rara Calma (Artemisa), amiga, la vanidad produce ceguera selectiva y estratégica. Gracias por pasarte por aquí, vos siempre sois bienvenida al igual que todos. Abrazotes.
* Silvia, gracias amiga, igual que yo de la tuya. Besotes.
* Mery Laurrina, ay amiga los deseos son una horda de contradicciones, los deseos generan sacrificios que pueden costar mucho. Gracias nuevamente por regresar, te recuerdo que sois bienvenida siempre. Besos y abrazos.
Amigo Caco,
Me recuerda mucho un minicuento mío donde el otro lado del espejo me habla...y me asusta. Lo disfruté mucho!!!
Un abrazo,
Lily
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