La mañana se había iniciado con la nieve vistiendo los arboles de frío. En un estacionamiento de aquel pueblo sólo la luz se hacía presente, el ambiente se encontraba en soledad. Un extraño silencio asustaba… hasta que los gritos de una mujer sacaron de aquel trance analítico a un hombre frente a la ventana. – Es el fin del mundo – grito ella con la cara hecha pasa, con el pálido en la piel.
Él se quedó mirándola en silencio desde el marco de base cristalina e incolora. A pesar de estar en ropa interior, no sentía frío. Pero el mutismo con excepción de la mujer gritona era increíble y aturdidor.
Salió corriendo aquel muchacho a vestirse con lo primero que encontró, y para saltar a ver el cielo… la vecina lo señalaba con desesperación, al avistar aquellas cosas inmensas flotando sobre el aire, sus ojos se agrandaron. Jamás había visto algo parecido… su forma, el color, las luces que resplandecían a costa de que era de día. El miedo se lo comió de forma impactante.
Corrió como loco, a buscar esconderse donde no encontraran su existencia, su corazón latía tanto que se podía escuchar en el silencio de aquel desastre ordenado. Un anciano con la locura de máscara exclamó: “¿Qué tanto alboroto? La historia siempre los hizo presentes. Ellos siempre nos han visitado… la diferencia es que hoy lo hacen verdaderamente público después de tanto tiempo”. Continuando su paso calmado y lento… El muchacho lo observó consternado, mientras terminaba de esconder sus píes bajo a una sucia y vieja batea de concreto. El anciano retrocedió y rió por el asustado muchacho. – Tranquilo, que si es el fin del mundo, reencarnaremos en otra cosa – exclamó el anciano con la ironía incrustada en sus arrugas. El joven lo miró y su engurruñó hasta más no poder.
El anciano continuaba a pocos pasos de la batea, era visible para el joven – no son como las películas… ¿verdad? – dijo el señor mirando el cielo. El muchacho se percató de una sombra que se corría en la tierra, el silencio había llegado hasta el anciano, y al dar una mirada sólo su ropa quedaba desordenada e inerte en el suelo de aquel lugar. Había desaparecido.
Mientras que las encerradas esperanzas de ese joven se humedecían en el orine y la respiración turbulenta. Tres niños surcaban un río para adentrar en un mar de arboles, suponiendo la esperanza… en sus manos sólo llevaban un recuerdo de lo que el silencio había roto, y una cadena de oro rota tirada en la tierra sin interesados en tomarla.
El fin del mundo o un cambio para el planeta pudo ser la motivación de aquellos seres de caras y cuerpos desconocidos. El joven no tuvo conclusión para saberlo, el silencio sólo deja miedo y música a los grillos. La vecina aún seguía gritando.
Él se quedó mirándola en silencio desde el marco de base cristalina e incolora. A pesar de estar en ropa interior, no sentía frío. Pero el mutismo con excepción de la mujer gritona era increíble y aturdidor.
Salió corriendo aquel muchacho a vestirse con lo primero que encontró, y para saltar a ver el cielo… la vecina lo señalaba con desesperación, al avistar aquellas cosas inmensas flotando sobre el aire, sus ojos se agrandaron. Jamás había visto algo parecido… su forma, el color, las luces que resplandecían a costa de que era de día. El miedo se lo comió de forma impactante.
Corrió como loco, a buscar esconderse donde no encontraran su existencia, su corazón latía tanto que se podía escuchar en el silencio de aquel desastre ordenado. Un anciano con la locura de máscara exclamó: “¿Qué tanto alboroto? La historia siempre los hizo presentes. Ellos siempre nos han visitado… la diferencia es que hoy lo hacen verdaderamente público después de tanto tiempo”. Continuando su paso calmado y lento… El muchacho lo observó consternado, mientras terminaba de esconder sus píes bajo a una sucia y vieja batea de concreto. El anciano retrocedió y rió por el asustado muchacho. – Tranquilo, que si es el fin del mundo, reencarnaremos en otra cosa – exclamó el anciano con la ironía incrustada en sus arrugas. El joven lo miró y su engurruñó hasta más no poder.
El anciano continuaba a pocos pasos de la batea, era visible para el joven – no son como las películas… ¿verdad? – dijo el señor mirando el cielo. El muchacho se percató de una sombra que se corría en la tierra, el silencio había llegado hasta el anciano, y al dar una mirada sólo su ropa quedaba desordenada e inerte en el suelo de aquel lugar. Había desaparecido.
Mientras que las encerradas esperanzas de ese joven se humedecían en el orine y la respiración turbulenta. Tres niños surcaban un río para adentrar en un mar de arboles, suponiendo la esperanza… en sus manos sólo llevaban un recuerdo de lo que el silencio había roto, y una cadena de oro rota tirada en la tierra sin interesados en tomarla.
El fin del mundo o un cambio para el planeta pudo ser la motivación de aquellos seres de caras y cuerpos desconocidos. El joven no tuvo conclusión para saberlo, el silencio sólo deja miedo y música a los grillos. La vecina aún seguía gritando.
Autor: Carlos Arturo
15 comentarios:
Impactante, has logrado atrapar mi atención a pleno y promover un escalofrío indescriptible.Da demasiado miedo de sólo pensar en una posibilidad semejante, que sin dudas, algún día ocurrirá y ya no seremos los mismos.Felicitaciones!!, Felicidades por este exitoso aniverdario y mil gracias por esta distinción maravillosa, que ya mismo retiro.Un abrazo enorme.
aniversario, me corrijo
Bonita metáfora acerca del inmovilismo y las actitudes ignorantes ante la vida.
Un abrazo, Who,¡
¡Excelente!, lo que más me agrada es que tu historia, al igual que la de Naza abren la posibilidad de una continuación y sin duda serán mejores, ya veremos cómo se las ingeniarán para dar brillo a esos relatos. Es bueno saber que escriben sobre mí pero sobretodo que hacen volar su imaginación. Saludos ultraintergalácticos. Felíz Hanukkah.
Un relato brillante y excepcional, que atrapa al lector desde la primera palabra hasta el final.
Cada día tus letras se hacen mas grandes!
Un fuerte abrazo corazón!
SIGNOS DE LOS TIEMPOS, FIN DE LOS TIEMPOS Y FIN DEL MUNDO, TRES REALIDADES QUE DEBEN OCURRIR CUANDO LOS FRUTOS DE LA HIGUERA ESTEN MADUROS.....
COMO SIEMPRE, TUS RELATOS DAN MUCHO QUE PENSAR CACO.
¡ENHORABUENA!
Y AGRADECERTE MUCHÍSIMO TU DETALLAZO,QUE NO MEREZCO.
UN FUERTE ABRAZO AMIGO.
Y pensar que
porqué no?
podría ser cualquier mañana y en cualquiera de esos silencios...
Caco, gracias por tu valiosa reflexión!!! tienes un bello espacio!!
Abrazos Navideños!!!!
* Alma Tadeos Taborda, gracias amiga, espero que te haya gustado.
Besos y abrazos, Caco.
* Who, gracias amigo, es un placer que viajes conmigo por medio de las letras. Abrazo fuerte para tí.
* Zóhar, me agrada mucho que te haya gustado, porque fue un reto que quise hacerme para darte un presente que pudiera gustarte. La segunda parte ya la iré pensando :-) Feliz Hanukkah.
* Verónica, amiga eso es porque estoy aprendiendo de grandes letristas, como tú. Gracias por tu paso. Abrazos estimados.
* Armando, como dices tú, todo principio, tiene un final. Si lo mereces amigo, porque haces un gran trabajo con las letras, nos invitas a pensar más allá de cosas materiales. Un abrazo que rompa distancias.
* Staywihtme, tienes razón amiga. Saludos estimados.
* Adriana, gracias por esta opotunidad que me das, gracias por los halagos. Bienvenido ese abrazo, umm... es rico y caluroso. Déjame darte uno... Feliz navidad. Shalom Laj.
Es la primera vez que entro a tu blog y me encuentro con este espectacular texto.
asi que te seguire leyendo!
un abrazo
Bueno, esperemos que cuando "ellos" lleguen, no tengan demasiada mala idea :-)
Muy buen texto, niño, atrapa al lector desde el comienzo. Me gusta tu vena "apocalíptica" :-)
Un abrazo, majete.
* Gritarle al viento, muchas gracias, bienvenida tu existencia estás a este espacio donde no existen distancias. Pasa cada vez que quieras es un placer.
Abrazo navideño.
* Ana Márquez, lo mismo digo amiga. Esperemos que sea con gran sentido de armonía.
Gracias guapa, seguiré probando géneros :-)
Abrazos navideños y besos con buenos deseos...
Tal y como ya han dicho anteriormente los compañeros, este relato te atrapa des de el principio hasta el final. ¿En realidad resultará que al final tendrán que venir desde fuera a sacar las castañas del fuego de este planeta por no ser capaces de cambiar ni siquiera cuando lleguemos a la punta del abismo?
Un fuerte abrazo.
Qué bien has hilado la historia...
Mil abrazos amigo mío que el nuevo año te colme de paz y amor.
Shalom lejá
* Gaia, ¿Quién sabe amiga? tal vez en una continuación lo sabremos ;-)
Abrazos navideños.
* MariluzGH, gracias amiga, esos buenos deseos me llenan de alegría. Te deseo al triple todo lo bueno de esta vida.
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