viernes, 12 de diciembre de 2008

Las Memorias de Caco











Muchas veces me he preguntado, si he perdido la Inocencia de la vida o he comenzado a descubrir los motores que encierran el secreto del mundo, su brillo, el cual deslumbraba como aquella deidad helena Eos (diosa de la aurora) que con sus dedos rosados abría cada mañana las puertas del cielo. El misticismo que se envuelve entre esos lazos toscos a la misma vidorria. O simplemente soy otro más del montón que no apunta a ningún lado.

Soy como una pieza de marfil, he nacido de otro ser vivo como la naturaleza ha dispuesto. Un real esclavo liberado que vive su rato, pero que como muchos y muchas esperan encontrar algo más después de la muerte. Grandioso pensamiento de esperanza ante lo desconocido.


De esta manera, estructuramos los fieles habitantes de un mundo que poco a poco lo hemos deteriorado. Nos hemos enfocado más en los colores de la piel, en colonizaciones, en formar religiones, en dar apogeo a nuestras vidas que no nos damos cuenta de las grietas que se hacen por tales actos vanales. ¿Dónde quedó la ayuda al prójimo? (Creo que detrás de los lujos que nos tenemos que dar primero), ¿Dónde quedó el amor al prójimo? (En una religión que aún no ha permitido ver su rasgos), ¿Dónde quedó el respeto? En la maldita burla discriminada de muchos.

Aunando a lo antes expuesto encontramos que, nuestros líderes y nosotros mismos promovemos la paz, pero no le damos práctica, es una utopía que está lejos de cumplirse. Las guerras son un fervor humano a las cuales no le veo fin. Hablamos de la inocencia perdida del mundo ¿Pero cuál? porque al pasado le encuentro más crueldad que al mismo presente. Creo que tengo mucho que reclamar, mi sentir social es grande, y no entiendo como encontramos paz en una cruz, símbolo de muerte en el pasado, pero hoy día es santificada… llena de poder. Recordemos que estos son los gajes del oficio de todo ser viviente del cual debe ser testigo.

Así la vida va pasando mientras el tiempo corre, el viento golpea, la lluvia moja y nuestros pasos se van marcando cada vez más (para bien o para mal no hay otra salida). Aún a costa de que todo lo nombrado sea la fiebre que cobija a la humanidad… pero detrás de todo este acontecer mundial hay muchas cosas buenas.


No creo que la felicidad se encuentre o se tenga que buscar, la felicidad sólo está ahí, sí, en ese lugar que representa para la humanidad todos lados, todas direcciones y toda flecha que marca un día. Con sólo mirar alrededor me voy dando cuenta de lo tanto que tengo y de lo mucho que me he quejado. Tengo aire para respirar, piso donde estar, sombra donde dormitar, el agua donde lavo mis manos, el mar donde naufragan tantos pensamientos, el antiguo dios derrocado que me brinda de su calor, la luna que alumbra la penumbra, que arrulla y me recuerda que siempre hay una razón para soñar. Son tantos aspectos que cuesta nombrar por lo largo.

Ricardo Arjona dijo en una de sus tantas canciones “Pero el Indio, el negro y el español se mezclaron para darle gusto a Dios” y ahí es donde nazco yo, muchos habitantes del mundo. Aquí es donde me burlo de la pureza de las “razas”, partimos de un solo eje central. Fuimos un Adán o una Eva, un austrolophotecus o un homoerectus que decidió dar uso de los detalles por los que fuimos llamados humanidad. El caso está en que muchas personas vean más allá de la melanina, de la cultura y de los perjuicios morales, y puedan valorar lo que hay, lo que llega y lo que fue... sin necesidades de violencia.

Históricamente somos los dueños de una era que el humano resaltó y dejó los vestigios; pruebas totales de su supremacía, los dueños de la conciencia y el razonamiento (aunque pocas veces le demos utilidad necesaria). Animales sofisticados y superiores, el hecho de llamarnos humanos nos ha dado el derecho de esclavizar, matar y hacer daño, y vuelvo a preguntar ¿Dónde está nuestra conciencia y nuestra razón? pues los instintos fieros son más pesados que el concreto.

Conformamos los perfectos extirpes de la misma vida, mordimos la manzana, abrimos la caja de pandora, quisimos ser inmortales, profesamos un antiguo diluvio al cual se sobrevivió; o simplemente fuimos nómadas que tuvimos la necesidad de matar para sobrevivir. Representamos el clamor y el recuerdo de nuestros antepasados que nos han dejado de herencia la visión hacia el presente…. Con rompecabezas sin armar, pero con piezas contundentes. Hijos del beso que nos da el cielo en sus matices diarios, oyentes de la música que la tierra nos regala, palpantes de la textura que nos regala el mundo, visionarios de las figuras que nos ofrecen las nubes, soñadores de nuestras propias fantasías, buscadores de nuestra verdad, formamos una edificación que nos regala y colma de bendiciones, aprendamos a verlas con verdaderos ojos y no a nuestra conveniencia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

whaoooooo....... me matastes.....

Anónimo dijo...

y esA fotito aterradora convinada con esa MIRADA turbulenta?

Caco dijo...

jajajaja como que te maté??

Te parece mi mirada turbulenta?? jejeje bueno... que te puedo decir?? Jejeje gracias por leer mi blog... gracias desconocido XD

Anónimo dijo...

ME ENCANTO TU BLOG...XD..ESTA CHEVERE..!!Y COMO YA TE HABIA DICHO TU FOTO ESTA GENIAL...!!!ALASDEFUEGO18

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Gracias Verónica por tomarme en cuenta :-) Feliz semana de la amistad a todos