jueves, 30 de julio de 2009

Cuando ella se hizo inalcanzable


Acontecían tres días y él continuaba pensando…. Unas noches antes le había dicho a ella que olvidara su soledad, que tenía compañía, que los días grises se podían olvidar o simplemente colocarle colores. Pero la mujer se aferraba al pasado y aún lloraba por lo perdido.


Entre consuelos, abrazos, pañuelos mojados y gemidos melancólicos habían llegado al presente como es costumbre. En una cama de tosca tela áspera, amarillenta por el sucio y el abandono, un colchón cargado de resentimientos como si fueran piedras de ponzoñosas formaciones, que raspaban las carnes del corazón. Él procuraba ponerse en el lugar de ella, trataba de entender su psicología, sus heridas abiertas y su dolor congestionado en las venas.


La amaba, desde hacía un tiempo, ella le rechazaba por el peso de su vivencia en su espalda. Aquel hombre hubiese dado el mundo, si tan sólo ella entendiera que no podía seguir amarrada a su dolor. Ni la medicina, ni la psiquiatría, ni el amor surtían efectos. Ese masoquismo no era normal para él, pero para ella se había vuelto el café caliente de cada día. Las ganas del hombre se mutaban a solubles con el transcurrir del sol, y con la llegada de la luna la situación se acumulaba en peores.


Ella se mantenía en su tristeza, escuchando canciones de corte aferrante, con un gato que dormía en sus piernas, a la que la mujer dedicaba su poca capacidad de amar un poco más que sus aconteceres dolorosos. Era impresionante como le peinaba, y sonreía cuando acariciaba su cabeza. El gato Matt se había vuelto un consuelo, con quien lloraba y en su maullar tragaba su aliento resentido.


El gato y el hombre se habían vuelto testigos de aquel ser humano que estaba contaminado, con un cuerpo escuálido de tanto probar lágrimas, permaneciendo en cenizas frías y renegando de la existencia de seres superiores y poderosos.


Llegado el aniversario el hombre había preparado un especial para ella, un regalo, cena y copas… esa mañana él le preparó el desayuno, lo llevó a su cama, la abrazó y besó como si su vida dependiera de hacer eso, pero recibió poca receptividad de ella. Trató de tomarle poca importancia y fue por ella al caer la noche. La vio en la sala, maquillada por su amistad el llanto, los ojos marcados por ojeras e irritados a la vez, con el sudor participando en el esbozo, con la sonrisa al revés, vestida por el descuido, y el gato durmiendo indiferente a su dolor.


Entonces el hombre había entendido que sus esperanzas de ver en ella algo diferente al dolor estaban agotadas, que ese mar tardaría mucho más en apaciguar y que su poca voluntad la había gastado comprando su traje para lucirlo con ella. Aquella lejana ilusión se había vuelto inalcanzable, resbaladiza, inapelable y fofa.


Su vista le acompañaba con un tono llorón, los dos lloraban, ella por su pasado y él por su presente. El hombre se levantó, y la miró a los ojos, sus tristezas hacían chispa, la oscuridad no era problema para ver las miradas. Colocó su mano en su barbilla humedecida y casi mohosa, levanto su cara y le dijo: “esta es nuestra historia, tu hundida en el llanto y yo con la esperanza de verte feliz. He hecho hasta lo que no creía posible hacer. Siento que Matt ha hecho mucho más que yo, siento… celos de él, y sólo ha dormido en tus piernas y te ha arañado por el hastío de tanto manosearlo. Ya no quiero ser otra almohada en tu sucia cama, no quiero transitar tu angosto camino, debes cambiar, o seguir así, es tu elección, pero necesito que sea ya. Decide ahora, ¿El gato o yo?”.


Autor: Carlos Arturo.

11 comentarios:

NazzaPach dijo...

y si es ninguno de los dos? y si se queda con su dolor?? interesante cuestion la que me presentas hoy jajajaja

está excelente... me gusto mucho...

humdirse en lo que esta muy lejos bajando y te das cuenta, cuan dificil es subir a retomar un poco de aire para volver a entrar...

saludos!!
esta excelente..

Caco dijo...

Son dificiles cosas.... salir de lamentos no es fácil. Aunque el hombre y el gato van más allá de un personaje, o por lo menos fue mi intención.

Gracias Naz... eres uno de los motores que me impulsan a seguir escribiendo. Un beso para ti...

Anónimo dijo...

Interesantísimas lineas...
Me impresiona la abnegación de aquel hombre, dispuesto a hacer a un lado, y por tanto tiempo, sus propias carencias, queriendo sinceramente ser el apoyo, consuelo y refugio de la mujer...
Dónde están hoy esas personas?...

Sabes, eso me hizo recordar un microcuento q leí hace un tiempo, es el lado b de la historia, aqui va:

http://www.escritores.cl/elibros/microcuentos.swf

Página 11 , "El"...

Saludos.

Caco dijo...

Saludos Staywithme. De verdad que sí parece un lado B de la historia. Un lindo cuento como para ser tan corto xD

Gracias por leerme... bienvenida en todo momento.

Un abrazo.

rara calma dijo...

Es la quinta vez que paso, merodeando este relato. Me siento una ladrona, leo tus metáforas y pienso "debería pagar por estar leyendo esto". Una cosa: tenés que publicar un libro. Me encantaría tener entre mis libros uno tuyo. Y creo que no soy la única.

Tiendo a identificarme con la protagonista femenina y creo que ese hombre es un egoísta, creyendo que hace algo bueno y cree que lo que hace vale mucho. Él sólo está presente, pero lo hace por el interés de recibir amor de ella. No es realmente altruista. Tampoco es un acto valeroso poner contra la pared y la espada a alguien que no puede decidir siquiera cuándo dejar de llorar y levantarse. Creo que ella estaría mejor sin él, ya que nadie le pediría nada y si ella cambiara lo haría por sí misma y no porque otro se lo impone en una especie de "chantaje por tu bien". No estoy diciendo que me quedo con el gato, sólo me gustaría que ambos se den cuenta de que no se necesitan para ser lo que son. Ella es así y está en sus manos cambiar. Él, como todo hombre, se hace el amigo y después pasa factura, "o me amas o no seré quién fui para ti y me marcharé". El amor de este hombre parecía tan abnegado al principio del relato, pero sólo lo movía su egoísmo de sentirse amado por quien él eligió para amar. Él quiere ser su salvador, quien la redima de su pasado. Pero nadie puede redimirse de su pasado a través de otro. Sólo la decisión de aceptar la vida como es. Con compañías que hablan sólo de soledad, no es posible. Es egoísta estar al lado de alguien sólo a la espera de que esa persona despierte y se dé cuenta de que debe amar a quien le ha servido interminables tazas de café. El amor es incondicional. Este hombre está más sólo que ella, mendigando así el amor no lo encontrará.

Oh! Pues parece que me he compenetrado mucho ¡mira todo lo que escribí!

Te dejo un abrazo Caco y por ahora seguiré viniendo a robar tus palabras...

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...textos
de
caminos
heridos
abren
gatos
y personajes
luz
a las letras
arturo...

Desde mis HORAS ROTAS,
y AULA DE PAZ
un afectuoso abrazo y
cariño compartido
siempre desde el alma
saludos
de amistad:
---Jose Ramon---

Caco dijo...

Amigo José Ramón....gracias por pasearte en mi guarida de ideas. Destaco tu maravilloso trabajo amigo.

Un abrazo y los mejores deseos.

Caco dijo...

Querida Artemisa no sabes cuanto me llenan de aliento tus palabras.... y como me gustaría escribir un libro. De verdad, me asombra todo lo que dices, pero me encanta que te guste lo que con tanto amor y cuidado hago. En tus palabras me sostengo para un nuevo día. Gracias mil por leerme, y por dejar tu valiosa opinión.

Mi propósito fue mostrar los gajos de la vida que acontecen bajo un mismo cielo, a merced de la cotidianidad y de la compleja vida humana.

Ese talento tuyo tampoco pasa por ciego amiga, cada vez que te leo puedo asociarte con la Artemisa de la mitología griega (subime y aguerrida, hermosa y potenciada). Ya quisiera yo también tener algún libro tuyo, llegado ese día intercambiamos :-) ¿Qué te parece?

Estas palabras son tuyas, porque te has dedicado a leerlas cuantos has querido.

Un gran saludo, desde Venezuela te envio un abrazo, un beso y aires cargados de los mejores deseos.

Anónimo dijo...

Es un relato excelente, he disfrutado mucho leyendo, me encantó.
Voy a seguirte leyendo un rato más, con tu permiso

Besos!!!

Gracias por poner el árbol de la amistad en tu blog, gracias amigo!

Ana Márquez dijo...

Yo me quedaría con los dos ;-)

Buena prosa, se lee con facilidad y gusto. Un abrazo, amigo

Caco dijo...

Gracias mi querida Verónica... puedes quedarte el rato que quieras, y el tiempo que desees.

Gracias a tí, por tomarme tan bellamente en cuenta. Un súper abrazo.

Gracias Anita de mi vida.... quedate con los dos que te harán buena compañía xD un gran abrazo a tí artista de la vida....

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Gracias Verónica por tomarme en cuenta :-) Feliz semana de la amistad a todos