lunes, 30 de abril de 2012

Todo pasa

El mundo es un finito recuento de mundos que parecen infinitos. Historias vetadas, otras reproducidas, algunas frescas y unas cuantas delirantes, pero todas con cabida en la realidad. Las historias personales son esas migajas que llevan a conocer los caminos entre valles silenciosos y lagunas filosóficas. Todo lo que pasa deja tatuajes en la psiquis y replantea desde el punto centro los qué, quiénes, cómo, dónde y por qué de un Yo con los demás. 


Dedicado a Daniela Báscope, a quien admiro con interés, volando más allá de ser una figura pública, y su común historia que no deja de impactar, por sus imaginarios y forma de representarlos. Una picaflor de las artes que se reinventa a partir de los medios para expresarse. 


     Daniela despertó con los ojos embriagados de luz, apenas unas ojeras se notaban y el color pálido de su piel no provocaba sumisiones a sus manifestaciones de felicidad, de respirar vida aunque estuviese lejos del país que le dio espacios para crecer. Con un cansancio propio de batallas anteriores caminó descalza hasta su closet. Echó sobre la cama aún desacomodada, una remera blanca, una falda roja y unas sandalias sencillas para tapar su desnudez.

    Sin dificultad abrochó su falda cuya pretina bailaba levemente en sus caderas de dos decenios.  Se pintó la boca con un tenue color cálido, limpió el exceso de pintalabios mirando fijamente ese gesto tan propio de las mujeres al maquillarse. Daniela, pasó sus manos por la cabeza, pensativa y ubicada, sintiendo la textura de la suave piel y a la vez la yema de los dedos por la ausencia de cabello que pronto prometía asomarse, de repente sintió el ronroneo de la vida que como gato la palpaba entre sus brazos.

    Sonrió mirando reflejar la luz solar en sus dientes, escuchó a su mama llamarla estimulando automáticamente a los procesos químicos que le hacían producir más saliva de lo común, imaginó un jugo de lechosa con limón y un poema de victorias relucientes. Los colores eran los mismos pero canalizados desde otras perspectivas. – Todo pasa- dijo a sus adentros despertando un umbral introspectivo para que sus musas se alimentaran hasta entonces. Abrió la puerta de su habitación y efectivamente todo había pasado con una instrumental diurna de pájaros de ciudad. 

Autor: Carlos Arturo



 Todo pasa

Pasa el día y la semana, 
Pasa la piel que se pone como pasa.
Pasa el caballo que corre como el tren 
que dicen que pasa solo una vez.
Pasa el agua,
Pasan las lluvias,
Pasa el desastre y el desasosiego.
Pasa la lagrima que es salada
como el mar que también pasa con las olas y con el viento. 
Pasan las agujas y el segundero,
Pasa la moda,
Pasan los grupos,
Pasa la fama, que así como viene pasa.
Pasa la hermosura, la delgadez y la gordura.


Pasa un tsunami y destruye a lo que pasa.
Pasan las guerras. 
Pasan los árboles y las primaveras.
Pasa el invierno y pasa el hielo,
Pasa el incendio que deja cenizas que pasan con el viento.
Pasa el ganado y las manadas,
Pasas tu o paso yo?,
Paso, “Pasas?” , pasan.

Pasa el dolor
Pasa la sonrisa
Pasa la conquista
Pasa el beso y el orgasmo.
Pasan los años y los hijos
Pasan los nietos y las familias

Pasan las tierras que se unen y se desunen
Pasan los rumores y las teorías
Pasan las verdades y las mentiras
Pasa el río y pasan las piedras
Pasa el golpe y la noticia.

Pasan mis ojos por este mundo
Para ver que lo que existe pasa.
Pasa y no quiero que pase.
Pasa y ya quiero que pase.
Pasa inexorablemente.
Pasa la vida que se va y que se nos pasa.
Pasa la vida que de pasar se trata.

Paso y me decido:
paso la prueba.
Pasan los recuerdos y las heridas
Paso la página. 
“Mami: ya pasó?”

“Pasa Daniela! ya estás en tu casa...”

24 de Agosto del 2007

Autora: Daniela Bascopé

sábado, 21 de abril de 2012

La mujer reptil



Los imaginarios trastocados maravillados con sus escamas tornasol,
hay en sus ojos más que rareza,
aires de indolencia malinterpretada.
Animalia fracturada que se arriesga,
Va más allá del contexto.

Una lengua que percibe los humores de sus detractores
se envenena cada vez que la muerde,
Sus labios en sequía,
Dientes ponzoñosos
Al recuerdo latente de su pasado siempre dispuesto.

Tantos desiertos azotando su cuero manchado,
Que de vez en mes exprime buscando amor,
Rastreando calor aún en altas temperaturas,
Nadando en aguas frías nocturnas
Buscando aquello que no verá.

Los abrazos ásperos acariciaron su piel reptiliana,
Sangrando por heridas próximas a retoñar.
A la luna llena como el iris de sus ojos,
De astro ardiente el miedo que despierta en otros.

Autor: Carlos Arturo

lunes, 2 de abril de 2012

Ronda de preguntas



Kattón con las manos frías continuaba su ponencia sobre la clonación de órganos en el auditorio principal de la universidad de Sayes. Las sillas gravitatorias se mantenían suspendidas, signo de que aún le quedaba tiempo para proseguir con su discurso. A más de tres centurias desde la reproducción de Dolly las cosas habían cambiado mucho en la tierra y su sociedad. La polémica clonación actualmente se había convertido en una actividad comercial preponderante, sin embargo nadie hablaba del tópico y él lo sabía, se convirtió sin darse cuenta en un profeta biotecnológico que pregonaba su historia para hacer notar a la gente que era un tema que iba más allá de los pequeños retazos que le había dedicado la historiografía impartida en las escuelas.

Los filtros de aires continuaban encendidos, el convertidor de oxígeno sazonaba los espacios silenciosos con su vibrador sonido. Faltaba media hora para el corte obligatorio matutino de electricidad desde hace 50 años y 15 minutos para que él finiquitase con su discurso. En Sayes, se trataba de reconstruir el espacio natural desde hacía mucho tiempo, una pequeña localidad cerca de las ruinas zulianas de la ciudad de Maracaibo a orillas de un charco pardo que se conoció por mucho tiempo como Lago de Maracaibo.  Ahí la clonación era un tema pertinente, puesto que la proliferación de la fauna comenzó con tubos de ensayos y ADN. Con respecto a la flora, la cosa fue cada vez peor, de apagarse los productores de oxígeno y los purificadores de aire la enfermedad y el caos imperaría en el espacio.

A 10 minutos antes de acabársele el tiempo de ponencia Kattón terminó con los aplausos complacientes de eruditos bostezando y encendiendo los intercomunicadores craneales. Ensimismado con los nervios esperó la ronda de preguntas que tanto temía. Sabía que le preguntarían sobre las nuevas formas de reconstruir los escenarios naturales preocupándole cómo los receptores asumirían sus consideraciones en cuanto a la temática de moda. La naturaleza.

El primer bombillo rojo prendió, y la pregunta se formuló avistándose en la pantalla pegada detrás del jurado. “Frinda Schirptter Adosni, F5 pregunta: ¿Cree usted que entre la clonación y el dispositivo del tiempo puedan cumplirse las metas del siglo con respecto a los escenarios naturales?” Kattón suspiró con los ojos cerrados colocando el proyector en su dedo índice. – hace días vi en la sección biotecnológica de la prensa un artículo de tipo audiovisual que exaltaba la maravilla que es el dispositivo del tiempo. Una interesante reconstrucción de los animales traídos del pasado, de fotos actuales de etnias extintas, flora exótica replantada. Creo que el invento va más allá de lo que pensamos, pero lo han totalizado de intención ecológica con infructuosos hechos, resultados y daños lamentables en los portales usados. Las metas impuestas no tienen sentido, los menoscabos causados al planeta son irreversibles – afirmó el hombre mostrando algunas imágenes encontradas en el ciberespacio.

El bombillo azul se encendió y Kattón comenzó a sudar, ese color significaba una desaprobación de su respuesta. La segunda pregunta apareció en la pantalla “Darktia Falaw Sartú, E6. Argumente su respuesta”, con el corazón acelerado él deseaba que las horas pasasen más rápido, aún faltaban 25 minutos para el corte de electricidad. Colocó sus manos en el bolsillo y movió su cabeza como si en el cuello tuviese toda la tensión. Explicó: “¿Sabían que se han estado traficando niños con el dispositivo? O ¿Tienen conocimiento de toda la clase de criaturas que venden en el mercado negro? Se supone que la humanidad ha superado toda una gama de malas entrañas en los últimos 2 siglos… bueno, eso dicen las noticias. Vivimos en una localidad nueva junto a ruinas y un charco que antes era un lago. La clonación no ayuda en la reproducción de la fauna simplemente porque los animales extintos no están adaptados a las actuales condiciones climáticas y espaciales, los árboles ya no son capaces de realizar la fotosíntesis sin ayuda. ¿De qué sirve clonar algo que igual morirá? Nos hemos convertido en dioses infames que disfrutan de la muerte en sus ensayos-errores.

La máquina del tiempo supuso una alternativa que fracasó, al principio se intentó traer gente y animales alterando significativamente la historia, hubo un momento en el que las naranjas se volvieron azuladas gracias a un tonto que tocó un árbol con el químico de mutaciones frutales. Luego, nos encontramos con pinturas de colegas en los murales de las ciudades y hombres relatando historias sobre naves espaciales y todo lo que hoy tenemos. Toda especie que se trae a este plano muere porque sus pulmones no soportan la carencia de oxígeno a la que ya nosotros nos hemos acostumbrado. Convivimos bajo una bola de cristal, con lo indispensable para vivir;  ya todo casi se acaba. Con una tasa de 20 niños cada 10 años y una mortalidad de 5 cada 30. Nuestro entorno no es apto para la reconstrucción natural. La Amazonia cada vez más se reduce, la serranía de Perijá es más parda que verdosa, los perros y gatos deben vivir con tanques de oxígeno adecuados para ellos, y pare de contar… la clonación solo sirve para reproducir órganos necesarios para la vida de los que están y el dispositivo del tiempo para fines científicos, no perversos y contrabandistas. La respuesta de la naturaleza está en conservar y luchar por lo que hay no agregar más muertes al Hades”

El auditorio en silencio permaneció mientras el joven activista esperaba la tercera pregunta con la luz del bombillo amarillo y la desaprobación de su discurso para obtener su licenciatura en ciencias sociales. Un espacio de tiempo rellenó el silencio, él no podía más que mirar a su alrededor y divisar a toda esa gente pedante que no hacían más que murmurar y verse los unos a los otros.

El bombillo rojo encendió de nuevo apareciendo en la pantalla: “Freidman Rodez Faroun, C5, pregunta: ¿Qué prejuicios cree usted que se mantengan en cuanto a la clonación? Kattón sonrió y exhaló el aire amargo del lugar – Los prejuicios quedaron bajo los escombros de las bases religiosas de hace siglo y medio, actualmente hay un libertinaje desmedido en cuanto al tema de la clonación. Nadie habla de ello porque es una costura profunda en la sociedad contemporánea. Es como el SIDA que carece de impacto social, pero hace tiempo temblaban con tan solo nombrarlo – puntualizó mientras pasaba su mano derecha por su cabello.

El tiempo de las preguntas finalizó mientras Kattón recibió instrucciones de esperar el veredicto en cuanto su ponencia. Aún asustado abandonó el auditorio encendiendo el intercomunicador craneal. Leyó algunos e-mails de su familia en Rosas blancas y llamó a su mejor amigo notificándole que pasaría la grabación de la ronda de preguntas en un instante. Se sentó a las afueras de la universidad y respiró aliviado. De pronto cuando hubo el corte de electricidad todo se envolvió en un denso silencio mientras los hombres y mujeres caían en un profundo sueño. La transferencia se canceló, Kattón había olvidado esos 5 minutos antes que ellos también andaban con impulsos eléctricos y que en esas dos horas de suspensión se recargaba la batería solar puesta en las uñas de sus extremidades principales.  

Autor: Carlos Arturo

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Gracias Verónica por tomarme en cuenta :-) Feliz semana de la amistad a todos