lunes, 30 de noviembre de 2009

Valentina no es la misma


Valentina había llegado del medico desgarrada, la noticia que traía era un amargo momento que hubiera deseado que fuese una pesadilla. Tantos años de cuidados, de constante recelo a eso que hoy se extendía dentro de ella. Era un sentimiento que no permitía que la hiciera parar de llorar. Sabía que aquella revolución en ella no era normal.

El día pasaba, y esa mañana amarga, cerrera y fuerte aún mostraba vestigios en su cara, su expresión rota, su sonrisa pisoteada por la realidad. Ella se preguntaba, qué había hecho para merecer tal castigo. Pero el gemido de su dolor cortaba todo intento de grito que pudiera desahogar toda esa horda de emociones que imperaban en su interior.

Se refugió en la escoba, la cocina y aquella vida mugre que había llevado. La noche dejó paso claro a la luna, mientras Valentina esperaba sentada a su esposo en un sofá color salmón, con ciertos rotos que contrastaban todo ese mundo que cayó de pronto. Toda su vida pasó frente a la desgastada casa, cada paso que daba con la mirada, era un recuerdo a un pasado que la hacía diferente a lo que era hoy.

Justo a las 3:00 a.m. cuando el grillo dedicaba serenatas a la sufrida señora de los otoños inexistentes, sonó la puerta, no era raro ese sonido, la lata no dejaba mucho sigilo tras ser tocada. Valentina se postró más o menos a un metro de la puerta. Por su cabeza pasaban tantas cosas, había maquinado todo ese discurso fúrico que dispararía sin lástimas, ni contemplaciones.

La puerta abriéndose dejó colar la luz opaca de un viejo farol que no daría mucho alumbre por tanto desgaste. - ¡Coño mujer, me asustaste!- gritó Juan al verla frente a la puerta con su vieja bata blanca y casi transparente. - Pensé que era un espanto – dijo más calmado y tragando saliva. Valentina sólo lo miraba, guardando silencios ante todas las anécdotas y palabras que dejaba caer al espacio Juan. Pero como un volcán todo aquello caliente y derretido comenzaría a salir tras unas lágrimas y un ceño fruncido.

Valentina se lanzó sobre Juan a golpe limpio y llanto corrido. Nunca tanto bullicio había propiciado una guerra que sólo ella había deseado empeñar. – ¡Maldito…! Como el día de hoy jamás te había odiado tanto, ¡Maaaldiitooo! - fue la introducción de esa mujer quebrada y taponeada por la rabia, la decepción y el corte repentino de sus alas. – mil veces maldito Juan – gritó, dejando salir un llanto desgarrador. Se podría jurar que las sombras de aquella casa voltearon a ver qué pasaba. La paz, estaba rota.

Juan desconcertado y perdido ante aquel alboroto raro preguntó: “¿Pero qué carajo pasa?, ¡cálmate!, ¿Qué coño he hecho?”. Tomándola de los antebrazos y agitándola.

-¿Quieres ver qué carajo pasa?, ya verás que carajo pasa…- sacó de un bolsillo de su bata un papel, y se lo arrojó. El papel con paciencia se dejó caer en el piso sumando más drama y suspenso. Juan apresurado lo tomó y preguntó: “¿Otra vez embarazada?”. Valentina, llena de odio le dijo que viera. Aquel hombre cuando vio lo que estaba en ese papel, se puso pálido, el corazón subió a su garganta y su lengua se hizo rollos en su boca.


Juan cayó al piso, con la respiración a medias. En ningún tiempo de su vida había estado tan mudo en tanto tiempo. Por su parte Valentina, tomó calma y miró su reflejo en un viejo espejo en la sala. Estaba toda roja e hinchada de tanto llorar, tomó la falda de su bata y secó sus lágrimas. – No quiero un adiós, no quiero pensar en lo que me espera, no quiero pensar en esto, pero sobre todo no quiero verte. Te vas y me dejas a solas con mi nueva inquilina- dijo Valentina con una mirada fría y mojada.

-Pero, pero, pe… ¿para dónde voy? No tengo nada mujer- respondió Juan todo tartamudo. Mientras que Valentina sólo lo veía por el espejo, hasta que se dio un giro y mirándolo fijamente le dijo: “Debiste pensar en todo esto, en la desgracia que me dejas ahora, ya no quiero ser el gancho de tu tendedero de baratijas- bajando la mirada. Y alzándola de nuevo le dice: “cortaste mi vida de raíz, y sabrá Dios cuántas más. El Sida no es una cosa que pueda perdonarte”.

Juan: “Pero mujer, estoy enfermo yo también”. – Lo siento por ti, y apúrate que va a comenzar a llover, tus trapos, los buscas al amanecer – Y a empujones sacó a Juan de aquella casa, sellando con un grito odioso la puerta de lata, echándose a llorar aquella mujer desconsolada.

Autor: Carlos Arturo

martes, 24 de noviembre de 2009

En la espera de algún día


En el medio de la espera tengo la esperanza de que me adjuntes a tu vida. Sin medida, ni impaciencia, sin malicia, ni apatía. Sentado entre gradas como idiota, como loco y como un extraño al cual conoces.


Sigues viendo a quien eliges, esperando un arquetipo, alguien que te tome la mano y parezca tu bolso favorito. Un superhéroe de perfecta anatomía, que combine con tu Prada y un perfume de caro olor que entristece la imitación.


¡Cómo se montan los años, en aquella belleza tan sencilla! ¿Dónde quedaron los ratos, cuando hablábamos de frivolidades? Siendo mi vecina, ya ni me saludas, siendo aún mi amiga que me habla a escondidas. Ya no sueñas con cambiar al mundo desde el verde, ahora añoras el producto que cubra tus necesidades, y aumente tus pequeñeces.


Una víbora que mira con pedancia, y a la vez le pesa tanto adorno. Sigo esperando a que abras los ojos y te des cuenta de que no hay más valor que la humildad y la compresión, que la vida y la empatía.


No comprendo tu búsqueda de las sombras en la oscuridad. ¿Podrás darte cuenta de que yo tal vez sea la respuesta a tus preguntas? Hasta entonces seguiré sentado en las gradas, entre tantas caras… esperando a que percibas que soy más que un nombre, que soy más que imperfección. Mientras tanto en silencio te amaré… total, ocho años más no creo que me pesen.


Autor: Carlos Arturo


viernes, 20 de noviembre de 2009

¡Basta!: No más pedofilía en la red



En la vida hemos reflexionado mucho, sobre inmensidades de cosas, pero poco podemos ver lo que hay detrás de un niño o una niña y lo que éste puede guardar. La pedofilia es una fiebre que está expandiéndose de manera silenciosa en el aspecto de la convivencia humana, pero, también se expande a gritos por medio de la red, dejando a los culpables que pasen mientras estamos aturdidos. Evidenciando sólo al descubierto a esas víctimas ultrajadas y con la existencia hecha añicos.

Debemos alzar nuestro espíritu de lucha, para evitar que ese imperio de miedo y angustia rompan la inocencia de infantes, siendo obligados a hacer cosas horrorosas, por efecto, ese mundo de caramelos, risas y sueño sólo deja holocaustos.

Injustamente, aquellos que tiran la piedra y esconden la mano siguen en libertad, causando daños y quebrando de manera violenta la vida de un niño o niña que puede estar cerca de nuestro entorno.

Sería una desgracia seguir con los ojos cerrados y los brazos cruzados, cuando sabemos que podemos detener un abuso más, que podemos restar una víctima y que podemos ver crecer niños y niñas sanos y sin las cicatrices de una vida que no está contemplada ni por ellos, ni por nosotros.

Una mirada baja y el silencio, no hacen nada; pero una palabra, una denuncia y la determinación podrá reducir significativamente el que se sigan usando infantes con fines sexuales para ser colgados en la red.

En este link puedes hacer la denuncia sobre cualquier contenido pedófilo en la red:
http://www.protegeles.com/

Aquí puedes encontrar información sobre una realidad lamentable, que es la pedofilia:
http://www.nohayexcusas.org

Como decía una publicidad mexicana: "¿Tienes el valor o te vale...?"

Carlos Arturo.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La banca de dos mundos


Ernesto tomó su mano en un momento que no marcaba un romanticismo. Clara había estado hablando como loca por una hora, pero al sentir la piel, el fogaje y el roce calló de forma perfecta. Ella bajó su mirada y vio el pequeño lazo que hacían sus dedos con los de él.


Por su parte, Ernesto nunca la dejó de ver a la cara, su rostro estaba marcado por una sonrisa que pocas veces se pueden ver, con los ojos entrecerrados y mirada tierna, con sus patas de gallo a tan corta edad y con toda esa vida de la juventud. Cuando Clara alcanzó la mirada de él, ya estaba sonrojada.


Las risas comenzaron, mientras que el silencio en vez de incomodo, se hacía placentero. Ernesto con su sonrisa perenne le dice: “Sé que no te gustan las palabras que lleven a “cursilerías” pero no me canso de admirarte. ¿Puedo darte un beso?”.


Clara volvió la mirada a Ernesto, y colocó su cara de medio lado, dejando salir una risa más divertida. – Pensé que jamás lo pedirías – diciéndolo en voz baja pero determinada…


Aquellas bocas se unieron en un beso que duró sólo unos segundos, aquella banca sin vida, y abandonada, había sido el terreno geográfico de dos mundos que se unieron.


Ernesto y Clara marcaron una historia que nadie sabrá dónde parará, sólo el tiempo nos dará el final que les toca.


Autor: Carlos Arturo


Un hermoso premio que quiero compartir.


Este hermoso premio viene de parte del blog Noelia Pensando. Un lugar donde la vida salta a las letras y a su vez a quienes la puedan leer. Nos dirige a la existencia con mucha magia y a la vez con lógica. De nuevo amiga muchas gracias.

Este premio nos invita a pensar y a soñar.

Sólo se debe responder una pregunta, y es la siguiente: "¿A dónde irías en la moto con el viento a tu favor?

Yo iría a Shernobyl, a conocer la verdadera soledad, a sentir la música de la brisa y a ver de qué manera asusta el silencio. Siempre he soñado con ir, y que mejor compañía que un viento a favor.

A su vez lo comparto con:

- Crivevi. Autor: Armando
http://crivevi.blogspot.com/
- Paseando por la lluvia. Autora: Staywithme.
http://paseandoporlalluvia.blogspot.com/
- Ojos de menta y boca de cereza. Autora: Fio.
http://locurasenlejaniasyquimeras.blogspot.com/
- Impaciencia. Autora: Naza.
http://impacienciainesperada.blogspot.com/
- Memorias de un destierro. Y su conjunto de autores.
http://memoriasdeundestierro.blogspot.com/
- Gaia. Autora: Gaia.
http://incognitagi.blogspot.com/
- Zafiro. Autor: Zafiro.
http://zafirouru.blogspot.com/

Espero que les guste tanto como a mí.

martes, 10 de noviembre de 2009

La fiera en celo


Tac, tac, tac. Suenan los tacones de esa mujer. En su perfume lleva malicia, en su exterior una estética sin discusión. Atrae hombres con bailar de su pelo al ritmo de los choques de sus zapatos con el piso. Tan aparentemente fuerte se pasea en el mundo… caminando acompañada, pero tan sola a la vez, que duele, que martilla, cada sonido de sus tacones.


Una ramera en potencia, una bravía en celo. Según la etiqueta que le estampa la sociedad; la fiera con boca y garras ensangrentadas… lo que hace un labial y un esmalte de uñas rojo. Lo que juzga la sociedad; salpicado está su ser interior. La señalan. “la puta, la pecadora”, anuncian a verle. Pocos creen en ella.


Gritan que es una vergüenza para el país, pero, ella no es la patria. Gritan que es una desvergonzada, mientras que ellos y ellas esconden sus culpas bajo la alfombra del silencio y limpian su mugre en una conciencia hipócritamente limpia.


Pocos valoran lo que ella da… atrás de sus polémicas, se encuentra su talento. Más allá de un aplauso ella está viva. ¡Qué importa ser la más bella del universo! Cuando se tiene mucho para dar, aunque pocos lo reciban.


Por su autenticidad ha sido mechada, por su humanidad le destierran lo peor. Nadie sabe a donde para nuestro tren. Pero lo que si debemos saber es cuando hacer pausas para pensar de forma más clara. Sin arrojar navajas a hilos delgados.


Una lágrima negra cae de sus ojos, es líquido de dolor, por el rechazo que se postra como abrigo. Es lo roto de sus vidrios recogidos. No obstante, su mirada sigue brillando, aunque flanqueen sus tobillos de vez en cuando.


Ella afronta el mundo a costa del odio que despierta, y en sus curvas resbala la miseria. Para abrir su esperanza como una flor. Sueña, vive, ama y es madre. Una mujer de alto valor, aunque sea etiquetada como escoria. Ella asciende a mucho más que eso.


Si le quitan el maquillaje podrán ver su viveza con más claridad… rota, fracturada y con grietas, sigue dándole la cara al sol. Se sustenta de su propia vida, encomendándose a Dios, para colocarse su mascara de colores vivos, y seguir trabajando aunque las fieras le muerdan, y escupan su presencia. Siempre habrá gente que entienda su nobleza, y dejen las pretensiones de falsa moral.


Autor: Carlos Arturo


domingo, 8 de noviembre de 2009

La velita duró un año más....


De nuevo un año desgasta una vela para prender una nueva. Quién sabe si ésta soporte los vientos que la otra aguantó. Desde hace 22 años tengo la obligación de pasar por un 08 de noviembre a dejar ciertas facturas olvidadas, y ciertos asuntos resolverlos.


La juventud no me hace inmortal, mas la misma humanidad me recuerda mi fragilidad y ventila mis fortalezas. Tengo la necesidad de dar gracias a todos y a todas por haberme acompañado. A tocar cada puerta y simplemente sonreír y ver vuestras caras.Queriendo reflejarme en tu mirada, imaginando cómo será la tuya. E.



No sé cuánto tiempo pueda seguir aquí, pero mientras pueda dejaré que mis píes echen raíz. Quiero alimentarme de los sueños pero sin volar para no tener que hacer aterrizajes forzosos.


Hace ya 15 años que mi padre no me acompaña en todo ese ciclo. Hace 22 años mi madre sigue tan perpetua haciéndome sentir grande, buscando la belleza en su creación, y reestructurando aquellas palabras que alegan su orgullo de mí. Pero, este año hay gente que no conozco sus caras, pero sí un poco de sus sentires. Con todos ustedes quiero compartir la alegría de llegar a este día.


A medida que uno va creciendo se va dando cuenta de infinidades de cosas, aquellas que en un tiempo nos dañaron y hoy recordamos como un hecho más de vida, pero, también están esas que a manera de estigma se quedan en nosotros hasta el último de nuestros días, una sonrisa, una cara, un instante, gente que ya no está con nosotros, y momentos que como tontos nos hacen reír al recordarlos.


Mi cuerpo tiene llagas, unas no duelen… otras en cambio me dan punzadas. Pero vale dejar pasar el tiempo para que esas olas bajen su altura.


Es un año más que quiero mantenerme prendido a todo esto que se me ha regalado. Queriendo respirar, sentir y admirar el verdor de la existencia.



Es un año más donde aparezco con mi historia desconocida, y perdida en el tiempo. Retomándola para que la conozcas y continúo queriendo escuchar la tuya, en efecto me mantengo atento a tu aliento, a tu anécdota, tus versos y reflexiones.


Con todos ustedes quiero celebrar que caminando con determinación, procurando hacer el menor daño posible, he llegado hasta aquí. Quiero compartir con ustedes otro año de mi existencia. Lleno y pleno espero que las mejores bendiciones caigan en ustedes.


Mi bandera se ha vuelto sus manos amigas, mi escudo sus huellas en mi espacio, y mi himno sus letras palpitantes.


Mi mayor regalo es vivir, y el hecho de que este pedacito de mi alma ha perdurado gracias a sus impulsos para conmigo.


"Les dejo un abrazo que rompa distancias, y mis mejores deseos"



Atentamente: Carlos Arturo


Por cierto, el 08 de noviembre, por aquí es una fecha especial. Se celebra el "Día del Gaitero" y es un orgullo para mi mostrar parte de mi cultura zuliana, por medio de la música. Aquí les dejo mi Gaita Zuliana favorita. Se llama: "Mi ranchito". Es un video con imágenes de la ciudad que me prestó todo para vivir.


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Gracias Verónica por tomarme en cuenta :-) Feliz semana de la amistad a todos